En la reunión en Washington D.C. para la reactivación del Diálogo Económico de Alto Nivel Binacional, el gobierno mexicano insistió en la expansión de los programas Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo Futuro al sureste mexicano y Centroamérica.
El Diálogo Económico es una vía para negociar y acordar sobre acciones prioritarias para asegurar la complementariedad estratégica de las cadenas de valor regionales; es decir, es una instancia que tiene el objetivo de hacer más eficiente la interacción comercial y prevenir posibles controversias.
Incluir en la conversación aquellos programas sociales, particulares de la Cuarta Transformación, indica que toda conversación de cooperación entre los dos países va a requerir que el gobierno estadounidense avance en el ofrecimiento de asistencia técnica y financiera para ello.
La cooperación en este caso no es un simple quid pro quo sino que halla tracción frente a la prisa que corre en los Estados Unidos pararesolver la situación migratoria en su frontera sur; si hay algo que reconocerle a la política exterior dirigida por Marcelo Ebrardes que ha sido pertinaz en su insistencia de presentar una postura proactiva ante la crisis migratoria regional que sigue rindiendo frutos estratégicos.
Sin embargo, la reunión de “Alto Nivel” no atrajo reflectores en los medios estadounidenses. Las notas sobre la reactivación de vuelos privados internacionales desde el aeropuerto de Kabul, la situación de los ahora refugiados afganos, los preparativos mediáticos para la conmemoración del 11 de septiembre y la cada vez mayor necesidad de imponer distintas medidas para promover la obligatoriedad de vacunarse (en especial para trabajadores federales y en centros de trabajos con más de 100 empleados) soterró la posible importancia de la reunión binacional.
Incluso la página web del Departamento de Estado no muestra rastro alguno de la reactivación del Diálogo Económico, demostrando el bajo nivel que esta representa en las prioridades actuales.
Esto no significa que el Diálogo no sea relevante a mediano plazo, sino que la política exterior e interna estadounidense está concentrada en otros temas; esperemos que la cartita enviada por López Obrador a Joe Biden no quede guardada en un cajón de pendientes no prioritarios.
Mientras tanto habrá que poner atención a cómo manejará la administración Biden/Harris los eventos de conmemoración de los ataques terroristas de 2001 el día de mañana en Washington D.C. y Nueva York. Probablemente veremos un intento de defender por última vez el proceso de retirada militar de Afganistán y, aún más importante, de por fin pasar la página y enfocarse en el rediseño de la política exterior estadounidense.
Amando Basurto Salazar
Doctor en Estudios Políticos por la New School for Social Research y Maestro en Estudios en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México @amandobasurto amandobasurto@nomospolitico.com
Publicado también en Cuestione el 10 de septiembre